Te acuerdas?

Hace mucho, mucho tiempo, ayer, aún era mi sombra la que veías si mirabas hacia el suelo. Te perseguía con tanta desesperación que terminé a horcajadas en tu espalda. Y a ti te resultaba incómodo llevarme de mochila a todas horas, y yo lo entiendo, porque cargar conmigo todo el tiempo es agotador. Y si lo digo es porque a menudo me llevo conmigo y es cierto que canso. Sentarte en el cine o pasear debió ser un engorro, sobre todo porque cuando me dejo llevar peso más, soy como un peso muerto, como un peso muerto que murió poquito a poco por hacerte el amor. Y está muy mal hablar por la espalda pero, por la posición, era la única forma de comunicarme contigo. Así que a veces tú entendías las cosas como no eran y otras yo entendía nada por más que tú me decías. En fin, un lío.Una noche, mientras te duchabas, pensé que aquellas no eran las formas, que no era justo que no pudieras frotarte la espalda y que tampoco era justo que yo, a pesar de haber estado junto ti durante tanto tiempo, no pudiera mirarte a los ojos. Me di cuenta de que estar detrás de ti no me hacía feliz en absoluto, que a pesar de mi empeño y mi afición por tu revés yo necesitaba corroborar cosas tan tontas como que si tus pupilas son negras o si aún conservas la mayor parte de los dientes. Así que, aprovechando lo resbaloso del jabón, me fui bajando despacito. Paseé mi boca por tu espalda y te di, como si me costara trabajo desmontarte, más de un abrazo desfigurado. Me agarraba a tus hombros para no caerme y los apretaba con fuerza hasta notar la sangre agolpada. Me escurría de ti, sobre ti, marcando un camino de espuma casi recto con mi pecho. Prolongué la caída cuanto pude; Dios, si cree en mí, lo sabe. Pero el suelo de la bañera tocó mis pies y ahí supe que todo había acabado. Que por fin tu parte de atrás olería a limpio casi todos los días de tu vida y que yo volvería a caminar con mis propias piernas, como antes, como siempre, como siempre debió ser.Hace mucho, mucho tiempo, ayer, aún creía que te rebelarías y me bajarías de tu espalda para decirme que me fuera de una vez o que me quedara para siempre. Pero eso, como digo, fue ayer, y casi nadie se acuerda ya.Hoy tu imagen aparece en la mayoria de las opticas de nuestro pais,formas parte de una linea de pupilentes, quiza yo te veo pero tu a mi ya no me ves... ya casi 3 años verdad.