A lo largo del desarrollo de mi vida (infancia – pubertad – adultez jóven) diferentes personas manejaron la frase: -Eres mi mejor amigo- en las primeras etapas de mi vida me respondía a mí mismo: ¡Por supuesto que es mi mejor amigo! Conforme pasa el tiempo y llego a mi etapa actual, la gran mayoría de esas personas me desepcionaron de una manera impresionante; justo ahí fué donde empezé a desarrollar un caparazón que envolvió mi corazón.
A veces no sé si agradecer tener ese caparazón, que ahora puedo decir que es tan duro como madera, que me ha protegido de ataques muy fuertes en los últimos tiempos y… La verdad es que nunca agredecería algo como eso.
Es tan simple como darte cuenta que hay gente que sin decir que es tu amigo se comporta de una manera especial, sin malicia, sin morbo, sin interés. Desafortunadamente, está en la naturaleza humana hacer cosas por interés (placer, bienes, conocimiento), es parte de la línea de la vida. Creo que la prioridad que le dás a cada uno de estos factores, es lo que hace la diferencia.
El título de este documento es por que mis prioridades anteriormente habían sido las que mi personalidad dura catalogaba como correctas. He caído en cuenta que soy el peor de los amigos porque reconozco como he cambiado de niño a adulto, cuando realmente nunca quise dejar de ser un niño.
El peor de los amigos incluso de mi propio cuerpo, que se ha divertido, desvelado, malpasado, malcuidado por estar sirviendo a personas que ya decidieron tener literalmente una piedra dentro de su cuerpo en vez de corazón.
Pero especialmente me arrepiento de haber sido el peor de los amigos contigo, por mi paranoia de quererme proteger y por poner mis prioridades en otra parte que brutamente la reconozco como intrascendente; pero…
(Aquí se detiene el tiempo y reflexiono…)
¿Que pasa si me arrepiento?, y pido una disculpa de todo corazón, sin mi caparazón que apenas está fraguando, que si lo observas bien, la cubierta que tengo es solamente una hoja de papel que puede desprenderse facilmente porque no puedo ocultar mis verdaderos sentimientos hacia el benevolente. ¿Qué pasaría?.. Como la adivinación no es un talento que me interese desarrollar, públicamente me atrevo a “gritar con mayúsculas”:
TE PIDO UNA DISCULPA POR SER EL PEOR DE LOS AMIGOS
No hay daño tan grande que un verdadero amigo no pueda perdonar.
Puedo ser el peor amigo del rencor, de la pereza, de la envidia, de la inanimidad, de la vejez (no en un plano físco, ni espiritual sino mental); pero no tuyo.
Dedicado a las personas que les he fallado varias veces.
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