Tuesday, March 21, 2006

La luz color neon ilimina nuestro ser (Pensamientos internos)



Tú, hombre, que acaso eres un muñeco, ¿has vuelto a caer en coma? Mueve al menos un dedo para que yo sepa que sigues consciente. Deberías escucharme. Es maravilloso pensar que con la palabra se pueden cambiar las cosas. Lo nuestro no es nada romántico. No pienso en ti con una foto tuya entre mis manos asomada al balcón en una noche estrellada. No suena una balada de fondo cuando te veo llegar de lejos y mi corazón se agita sin apenas notarlo. No es nada romántico. Porque a ti, hombre, que acaso eres un muñeco, te pienso en la cola del pan, en la zona de charcutería del supermercado, cuando frío patatas y huevo, cuando voy al servicio y tardo más de la cuenta. ¿Sigues en coma? Deberías escucharme. Pero mañana estará todo igual. La cama deshecha, el jarrón en su sitio, una pelusa encima de la moqueta. La misma desidia. El mismo cuento. Tú. Yo. Acaso un muñeco. Acaso un soliloquio. Lo mismo que antes: alguien que llora a un pre-muerto.

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