Sunday, December 19, 2004

¡Ay dolor, ya me volviste a dar!

Basta con revisar cuáles son nuestras canciones favoritas para darnos cuenta el cómo nos gusta sufir. Nos gusta recordar que hay una herida y que a pesar de decir que ya cicatrizó, insistimos en arrancarnos las costras e incluso hasta le soplamos para que arda más (algunos son más salvajes y hasta le echan sal y limón).Los éxitos de la mayoría de los grupos de cualquier género, sea de rock o de norteñas, sea de pop o de cumbias, tienen que ver con el dolor. Coincido con la participación de Germán Dehesa en la película Cilantro y Perejil, a los mexicanos nos gusta sufrir y tenemos una cultura muy arraigada para el dolor y su disfrute. Me gustaría transcribir sus diálogos en esa película pero no los encontré en Internet, son muy divertidos.Hace tiempo yo le preguntaba a alguien por qué le gustaban las canciones de THE CURE y me dijo que porque se sentía identificada con sus letras. Yo le dije que no me las sabía todas pero sí cantaba el coro de algunas, aunque no me "llegaban" tanto, y me respondio: "se ve que no has vivido, no has sufrido", y tal vez tiene algo de razón.A veces ya no sé si envidiar el sentimiento de dolor amoroso colectivo para estar en "sintonía" o mejor quedarme con la duda, aunque ahora caigo en cuenta en que en mayor o menor medida he sufrido un poco. Recuerdo que sufrí cuando una tipa me dijo que no quería andar con nadie y a la semana prefirió a otro en lugar de a mí (clásico), sufrí cuando esa niña en secundaria me dijo por teléfono que ya no nos podíamos seguir viendo (por teléfono!, eso me recuerda a Temblando de Hombres G), después de que le había invitado a salir por varias semanas yo me había creado la ilusión, sufrí cuando me di cuenta que en realidad no era tan especial para alguien, y que dijo de frente que nunca siento nada por mi, en fin, no es mi intensión explicar a detalle todo esto.Y es que cuando estamos en el ojo del huracán todo es sufrir, como que nos ponemos nuestros lentes especiales con filtro de sufrimiento integrado. Vemos unas galletas de animalitos y ya nos queremos cortar las venas, le quitamos el alambrito al pan bimbo y nos acordamos del día en que te preparó un sandwich, o sea, la cosa es asociar, recordar y sufrir a como de lugar.Espero que nadie se sienta agredido por estos comentarios al aire que no tienen por qué ser ciertos, ni quiero decir que en este momento tengo un "mal de amores" ni nada por el estilo, sólo me acordé porque a la hora de la comida salió el tema. Si quieren mayores referencias pueden consultar con su artista favorito, que supongo tendra una cancion de dolor para su corazon.... yorch

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