Friday, August 27, 2004

DIA LIBRE COMO TE VES?

El amor es un combo...
Edgar Alberto Pucheta Villegas.
Lo he venido meditando, y un buen día le daré forma a ese libro de reflexiones sobre los comportamientos del ser humano ante el amor, que tanto ha rondado por mi mente.
Paso uno, se debe tener en claro lo que se pretende, no obstante se puede improvisar una variación del objetivo, en caso de que lo que se busca no se pueda conseguir fácilmente. O lo que es lo mismo, si no hay de horchata tomo la de jamaica. Pues sucede que me ha venido de súbito la imagen inmutable de lo que ese sentimiento raro que pretendemos canonizar; el amor. Es una metáfora tan ridícula como cierta, y por tanto irónicamente cruel y divertida a la vez. Cuando uno hace el pedido todo llega junto, como un combo en Mc Donald´s, son inmutables más no inalterables, un combo esta conformado por lo que dice la carta, eso no se puede cambiar, pero por una módica cantidad puede alterarse. Cinco pesos más pueden añadir un tamaño mas grande al refresco o a las papas, pero ni pensar en el conito, esos seria muy rico pero se compra por separado.
Así, en el amor se adquiere un combo de complicaciones y alegrías, y desde el principio sabemos lo que viene en la cajita feliz (o infeliz según sea el caso). No podemos mas que pedir que le quiten los sinsabores a la relación, pero como en Mc Donald´s, también suelen olvidar quitarle los pepinillos a la orden, tal vez la sal de la relación sea como las papas chicas, o tal vez por propia convicción elegimos el combo con papas grandes, pero se sacrificamos un poco, el refresco mediano puede crecer a jumbo, es decir, la felicidad se puede comprar con un simple agachón, un sencillo “me rindo”, ser el sumiso de la relación resulta cuando no se quiere abandonar el combo y pedir la cuenta sin terminarlo.
Paso uno, se debe tener en claro lo que se pretende, no obstante se puede improvisar una variación del objetivo, en caso de que lo que se busca no se pueda conseguir fácilmente.
Yo he decidido que me gusta la jamaica por que la horchata la probé y me daba más sed después, sin embargo, ahora se me informa que hay horchata de sobra y es posible que mi agua de jamaica sea escasa o de plano no haya, sin embargo, ante tal disyuntiva tengo una alternativa, la opción no es desagradable pero no estaba en el plan.
Tengo de horchata y probablemente no haya de jamaica para mi sed, pero pudiera dar un vistazo y comprarme un refresco, beberlo sin culpa, sin disfrutarlo por que no lo deseo, pero cubrirá mi necesidad de tomar una bebida refrescante y saborizada. Luego entonces, me pido una Fanta de naranja, calmo mi antojo pero no soy feliz, simplemente me conformo con ella, y así cada vez que quiera puedo pedirme una Fanta de naranja, de esas siempre hay, y si no habrá de otra marca u otro sabor. Pero resulta, que mi horchata esta mas fresca que nunca, y ahora ya no se me antoja, ahora solo pido jamaica, pues bien, como para el fin no es lo mismo, ni horchata, ni jamaica ni Fanta, lo más ético sería morir de sed o beber agua sin sabor, más sana y refrescante. Cabe mencionar, que no he bebido mucho agua últimamente, sino que he buscado entre distintos sabores de refresco, los cuales han calmado mi sed, aun a sabiendas de que ningún sabor embotellado ha ganado mi gusto, aun no soy fiel a una marca o un sabor, no obstante, las embotelladoras tiene la firme idea que un día cambiaré, y si no lo hago da igual, habrá otro que si quiera ser asiduo cliente y consumidor de su refresco.
Ayer se me antojaba la horchata, hoy no hay jamaica y es justo lo que quiero, creo que debo empezar ya a escribir mi libro, creo que debería morir de sed, pero la horchata esta servida ya... ¿Será que pueda calmar mi antojo para siempre con ella y no con lo que realmente quiero probar?

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